Como nuevo emprendedor, recuerdo haber creído que era mi trabajo saberlo todo, especialmente cuando se trataba de mi negocio. Si bien siempre estuve agradecido por las buenas ideas que otros me dieron, también pensé tímidamente: "Debería haber pensado en eso". Pensé (tontamente) que era importante tener respuestas claras y decisivas y nunca digas "No sé".
Chico, estaba equivocado. Como pronto aprendí, el espíritu empresarial se trata de ser un trabajo en progreso. Y cuanto más lo aceptes, más ganarás. Aquí hay una breve lista de beneficios que he experimentado al sentirme cómodo admitiendo y aceptando lo que no sé.
Ideas
Fingir perfección te separa del recurso más valioso que tienes: las ideas y experiencias de los demás. Con los años, he aprendido que mi red es mi mayor activo y mi arma secreta: mis compañeros y colegas son los que hacen que mi negocio vaya de bueno a excelente.
Una vez que me di cuenta de esto y me sentí cómodo usando (¡y acreditando, por supuesto!) Las ideas de los demás, comencé a solicitar tantas como pude. No, no se debe actuar sobre todas las ideas, pero vale la pena considerar cada una. Cuando se trata de ideas, más realmente es más.
Dirección
Ser emprendedor puede ser abrumador. La lista de tareas pendientes es interminable y hay un número infinito de direcciones que puede seguir. Es bastante fácil paralizarse por la gran cantidad de información que está considerando en un momento dado. Así que aquí está mi truco: he aprendido que definir lo que no sé realmente puede darme una idea más clara de dónde enfocar mi energía.
Cuando pienso en un proyecto en particular, divido las cosas en dos categorías, las cosas que sé y las que no sé. Las cosas que sé me ayudan a mantener el rumbo y establecer metas. Las cosas que no me muestran son las que necesito descubrir, y se convierten en el comienzo de mi lista de tareas pendientes.
Espacio
Aprender a aceptar lo que no sabes te obliga a sentirte cómodo con la ambigüedad, y tal vez incluso verlo como una bendición. En lugar de forzar a todos mis patos en una fila antes de que estén listos, aprovecho la incertidumbre dándome espacio para pensar y considerar. Reconocer lo que no sé me impide actuar impulsivamente y, en cambio, me alienta a tomarme el tiempo para descubrir el mejor próximo paso.
Confianza
He llegado a reconocer que es mucho más importante confiar en mi capacidad para tomar buenas decisiones que confiar en cualquier respuesta o solución. Así que ahora, en lugar de preocuparme si alguna iniciativa dada es la mejor respuesta o un "jonrón", confío en que sabré cuándo invertir más o cuándo es el momento de desconectar, una vez que tenga más información. Y reconocer esto ha hecho que sea mucho más fácil hablar con otros sobre una iniciativa o proyecto del que aún no estoy seguro.
Así que no tengas miedo de admitir que no lo sabes todo. La próxima vez que se le pregunte cómo van las cosas con su empresa o cuáles son sus planes para el futuro, deje caer la frase de “¡todo está mejor que nunca!” Y comparta comentarios más honestos, incluso lo que todavía está tratando de hacer. descifrar. Es probable que obtenga más apoyo e ideas de esa manera, y probablemente también más respeto.