La palabra con pérdidas se utiliza en audio digital para describir un tipo de compresión utilizada para almacenar datos de sonido. El algoritmo utilizado en un formato de audio con pérdida comprime los datos de sonido de una manera que descarta cierta información para minimizar el tamaño del archivo. Esta pérdida de señal significa que el audio codificado no es idéntico al original.
¿Qué hace perder un formato de audio?
Al crear una serie de archivos MP3 al copiar uno de sus CD de música, se perderán algunos de los detalles de la grabación original, de ahí el término con pérdidas . Este tipo de compresión no solo se limita a solo audio. Los archivos de imagen en el formato JPEG, por ejemplo, también se comprimen de forma con pérdida.
Por cierto, este método es el opuesto a la compresión de audio sin pérdida utilizada para formatos como FLAC, ALAC y otros. El audio, en este caso, se comprime de manera que no descarta ningún dato. El audio es por lo tanto idéntico a la fuente original.
¿Cómo funciona la compresión con pérdida?
La compresión con pérdida hace ciertas suposiciones acerca de las frecuencias que es poco probable que el oído humano detecte. El término técnico para el estudio de la percepción del sonido se llama psicoacústica .
Cuando convierte una canción a un formato de audio con pérdida como AAC, el algoritmo analiza todas las frecuencias. Luego descarta los que el oído humano no debería poder detectar. Para frecuencias muy bajas, generalmente se filtran o se convierten en señales mono que ocupan menos espacio.
Otra técnica descarta sonidos muy silenciosos que es improbable que el oyente note, especialmente en una parte más alta de una canción. Este enfoque reduce el tamaño del archivo de audio al tiempo que limita el efecto sobre la calidad de audio.
¿Cómo afecta la pérdida de compresión a la calidad de audio?
El problema con la compresión con pérdida es que puede introducir artefactos . Estos artefactos representan sonidos indeseables que no están en la grabación original, sino que son subproductos de la compresión. Este ruido degrada la calidad del audio y puede ser particularmente notable cuando convierte archivos de música con tasas de bits bajas.
Diferentes tipos de artefactos afectan la calidad de una grabación. Las distorsiones son una de las más comunes con las que probablemente te encontrarás. Una distorsión hace que la batería, por ejemplo, suene débil, sin ningún golpe real. Las voces de una canción también pueden verse afectadas, lo que lleva a voces que suenan ásperas y carecen de detalles.
En muchos casos, los oyentes ordinarios no pueden detectar la diferencia entre un algoritmo de codificación con pérdida y sin pérdida, aunque algunos audiófilos que utilizan equipos muy caros afirman escuchar una diferencia. La diferencia de calidad se hace notoria solo cuando entran en juego algoritmos de compresión muy bajos o muy agresivos.
¿Por qué comprimir audio en absoluto?
La mayoría de los formatos de audio digital emplean algún tipo de compresión para almacenar el sonido de una manera eficiente. Pero sin compresión, los tamaños de archivo serían muy grandes.
Por ejemplo, una canción típica de 3 minutos almacenada como un archivo MP3 consume de 4 MB a 5 MB de espacio. El uso del formato WAV para almacenar esta misma canción sin comprimir daría como resultado un tamaño de archivo de aproximadamente 30 MB, que es al menos seis veces más grande. Muchas menos canciones caben en tu teléfono inteligente o disco duro cuando prefieres los formatos de audio sin comprimir.