Perseguiste esa promoción porque era el siguiente paso lógico (e ignoraste el hecho de que tu trabajo no te inspira). Sigues sumando números porque otros lo esperan de ti (aunque prefieres trabajar con otras personas). Estás retrasando el cambio de carrera porque todos pensarán que te has vuelto loco.
¿Suena familiar?
¿Conoces esa sensación de hundimiento que aparece cada mañana, cuando temes ir a la oficina? ¿Ese hoyo en tu estómago comienza a sentirte demasiado familiar? Desde afuera mirando hacia adentro, tienes mucho de qué alegrarte, pero no puedes evitar sentirte insatisfecho.
No es que alguna vez lo admitas en voz alta. Se ha convertido en tu pequeño secreto sucio. De hecho, crees que eres el único que está luchando, y se siente como si estuvieras fallando y decepcionando a todos (¡incluido tú mismo!).
Bueno, definitivamente no eres el único que mantiene sentimientos infelices cuidadosamente escondidos detrás del trabajo duro y una sonrisa fingida y feliz. Lo he visto suceder tantas veces, y también he estado allí.
La buena noticia es: ¡no tiene por qué ser así! Aquí hay tres pasos prácticos para ayudarlo a encontrar el camino de regreso.
1. Deja de fingir
El primer paso es ser honesto contigo mismo. Tan simple como parece, esto puede ser lo más difícil de hacer, pero también es lo más importante. Alejar tus sentimientos infelices no los hará desaparecer.
Pretender que te gusta tu trabajo solo te hace un mejor pretendiente. Te hace trabajar duro para construir una carrera que no sea satisfactoria y que nunca lo será; No importa que tan duro lo intentes.
Relacionado: 10 señales claras y claras es hora de buscar un nuevo trabajo
Debe ver el problema antes de poder resolverlo. Naturalmente, no puede resolver un problema cuando finge que no hay ninguno. Por lo tanto, sea realmente honesto consigo mismo: no se permite la autocensura. (¡Te sorprenderá lo bien que se siente!)
Prueba este script:
2. Deje ir "Debería" y "No puedo"
Lo más probable es que hayas descubierto muchos "deberes" y "no puedo" en el paso uno.
Repita esto para cada uno de sus deberes. Cuando te permites evaluar honestamente tus actividades y compromisos, es probable que descubras que tus prioridades y lo que realmente te importa se vuelven más claras que nunca. Y te sorprenderá la cantidad de energía y energía que sentirás.
3. Comience pequeño
Aquí es donde las ruedas encuentran el camino. Porque solo hacer cosas diferentes, o hacer las cosas de manera diferente, creará un cambio real en tu vida.
Presta atención a lo que has aprendido en los pasos uno y dos, así como a lo que realmente te da energía y te fascina. Luego, haz un poco de eso cada día. Presenta una idea a un supervisor de apoyo. Asóciese con un colega orientado al detalle. Proponer nuevas iniciativas (o rechazarlas, si eso es en lo que necesita trabajar) ayudará a corregir su curso.
No es necesario quemar puentes o realizar grandes cambios radicales durante la noche. Trazar grandes pasos suena sexy, pero en realidad a menudo solo lleva a la dilación, sin hacer eso. Pequeños pasos crean un cambio real y proporcionan un impulso para seguir adelante.
Si te has sentido atrapado en tu carrera por un tiempo, no hay razón para seguir fingiendo. En cambio, piense en lo que le gustaría estar haciendo y tome pequeños pasos para llegar allí.
El cambio nunca es fácil. Pero, es mucho mejor que fingir. Promesa.