Días malos nos pasan a todos.
Incluso una mañana aparentemente inofensiva para despertarte en el lado equivocado de la cama puede llevarte a un caos. No importa cuántos trucos de felicidad o mantras positivos intentes mejorar, puede ser difícil sacudir tu mal humor y tu actitud de vaso medio vacío.
Y cuando un mal humor te sigue al trabajo, puede amplificar todo tipo de molestias y frustraciones cotidianas. Ahora, tal vez no puedas mantenerlo frente a tu jefe cuando ella critica tu informe. O eres más propenso a alzar la voz al interno cuando hace copias en blanco y negro en lugar de color como pediste. Y comete errores distraídos, como enviar distraídamente la versión incorrecta de un documento a un cliente. Ugh
Si bien ninguno de estos son errores que terminan la carrera, sus efectos pueden hacerte sentir mal por ti mismo durante días. Cualquiera sea la situación, sabes que debes cambiarlo lo antes posible.
Para ayudarlo a hacer eso, aquí hay algunos consejos para convertir un día realmente malo en un mañana mejor.
1. Identificar el problema real
En medio de un mal día, eres propenso a hacer declaraciones generales como: "Me siento tan estúpido" o "Nada va de acuerdo al plan".
Pero detenga su pensamiento catastrófico y tómese un momento para identificar las emociones detrás de esos pensamientos. ¿Estás enojado con un cliente? ¿Decepcionado contigo mismo?
Puede sonar simple, pero aplicar una etiqueta a la emoción que está experimentando puede descargar su control y equiparlo para superar los sentimientos negativos. Cuando estás nervioso, tu mente está abarrotada, pero la investigación muestra que poner tus sentimientos en palabras puede frenar tu respuesta emocional y ayudarte a procesar la situación desde una perspectiva más racional y tranquila. Un pensamiento se convierte simplemente en un pensamiento; una emoción solo una emoción.
Por ejemplo, "Sigo arruinando el trabajo y estoy tan frustrado conmigo mismo" se convierte en "Estoy pensando que no estoy haciendo lo suficiente en el trabajo y me siento frustrado por eso". Se ha demostrado que la práctica de la atención plena mejora el comportamiento y la resolución de problemas.
2. Cancelar la fiesta de lástima
Cuando estás teniendo un mal día, tus habilidades para tomar decisiones son secuestradas, así que evita la acción precipitada. Lea: No llegue a la hora feliz para beber su mal día o elimine el gigantesco PowerPoint que ha sido la fuente de su frustración.
En su lugar, permítete un tiempo determinado para revolcarte, estar enojado o triste, y luego seguir adelante. Por ejemplo, date la mañana para trabajar emocionalmente a través de lo que sea que te esté royendo el último nervio, pero comprométete a volver fuerte después del almuerzo. Si no puede darle la vuelta tan rápido, escuche el consejo "duerma en él". A veces, elegir terminar un día y comenzar de nuevo al siguiente es la cura más poderosa para un mal día.
3. Encuentra comodidad a través de la conexión
Cuando tienes un mal día, es fácil auto-sabotaje, como revolcarse solo. Pero resista el impulso de aislar. Todos tenemos ese amigo que nos sonríe, pase lo que pase, así que vea si puede concertar una cita rápida para tomar un café con esta persona o, si vive lejos, envíe un correo electrónico o mensaje de texto. Llegar a un amigo y encontrar empatía en su respuesta puede tener un efecto reconfortante y ayudarlo a sentirse aceptado (malos días, mal humor y todo). Además, puede ser una gran oportunidad para pedir asesoramiento o una segunda opinión si se enfrenta a una situación espinosa en el trabajo.
Si no tiene ganas de explicarle la situación a un amigo, intente leer PostSecret o su blog favorito. Incluso esas conexiones virtuales pueden ayudarlo a sentirse comprendido y le recuerda que no está solo, otras personas pasan por cosas similares todos los días.
4. Pagar adelante
Hacer algo para ayudar a otros es beneficioso para todos, incluso si su intención principal es levantar su propio estado de ánimo y hacer que se sienta mejor.
¿Necesitas ideas? Ofrezca ser mentor de un nuevo pasante en la oficina, ayude a una persona mayor en su edificio a llevar bolsas pesadas o finalmente done a la organización benéfica con la que ha estado pensando en involucrarse. No solo estarás ayudando a alguien más, sino que podrás quitarte el enfoque de ti mismo, lo que puede poner tu mal día en perspectiva.
De hecho, tener este tipo de actitud de dar es clave para tener éxito. La generosidad ayuda a elevar su reputación para multiplicar los éxitos de otras personas, lo que lo hace indispensable, explica el experto en administración Adam Grant. Por lo tanto, encuentre formas de ayudar a sus compañeros de trabajo, haga un mayor esfuerzo para responder correos electrónicos y, en general, hágase un recurso para los demás.
5. Cuídate, pero no te excedas
En teoría, tratarte bien suena bien después de un día en que nada salió bien, pero en realidad es el peor momento para disfrutar. Cuando su criterio se ve comprometido, podría terminar exagerando, ya sea que eso signifique comer demasiados dulces o comprar un par de zapatos de $ 300 que definitivamente no están en su presupuesto. Por el momento, puede hacerte sentir bien, pero cuando sea el momento de pagar la factura de tu tarjeta de crédito, es probable que te sientas culpable y termines sintiéndote aún peor.
En lugar de buscar una cura a nivel de superficie cuando te sientas mal, pregúntate qué puedes aprender de tus sentimientos e implementa un plan de cambio.
Todos hemos escuchado el viejo dicho que no es cuántas veces te caes, sino que encuentras la fuerza para volver a levantarte. Cuando te encuentres en un profundo funk, ten en cuenta que a todos les pasan días horribles y que no te hacen menos valioso como persona o empleado. Un poco de perspectiva, junto con estos consejos, puede ayudarlo a recuperarse la próxima vez que le pase uno de esos días.