Imagina que estás teniendo una conversación con tu jefe, defendiendo tu caso. O tal vez estás hablando con un cliente importante, proponiendo una nueva implementación del programa.
Ahora imagine que durante la conversación, la persona con la que está hablando está revisando el correo electrónico, hojeando un cuaderno o enviando mensajes de texto en su teléfono celular. O bien, ¿qué pasa si él o ella sigue interrumpiendo o en desacuerdo antes de que puedas expresar tu punto completo?
Es increíblemente frustrante, pero desafortunadamente sucede todo el tiempo. No es ningún secreto que escuchar se ha vuelto más difícil que nunca en el lugar de trabajo de hoy. Tenemos tantos gadgets, dispositivos y notificaciones que llaman nuestra atención cada minuto del día, y a menudo nos engañamos para creer que son más importantes que una conversación que se desarrolla frente a nosotros.
También tenemos un desafío biológico: podemos escuchar aproximadamente tres veces más rápido de lo que cualquiera puede hablar. Eso significa que tenemos un exceso de capacidad en nuestro cerebro que se extraviará y se entretendrá a menos que tomemos medidas para manejarlo intencionalmente.
Sin embargo, una vez que aprenda a hacer eso, aumentará seriamente su valor en la oficina. En su libro clásico, Cómo ganar amigos e influir en las personas , Dale Carnegie cita que ser un buen oyente es una de las cosas más potentes que puede hacer para aumentar su influencia y simpatía. Además, escuchar es una de las principales habilidades que los empleadores buscan en los empleados actuales y potenciales, y se correlaciona con la capacidad percibida de liderar (léase: mejor oportunidad de promociones).
Por lo tanto, en su próxima reunión, vale la pena prestar atención a cómo aborda las conversaciones con los demás. ¿Te encuentras distraído? Aquí hay cuatro consejos que pueden ayudarlo a superar esa tentación, perfeccionar sus habilidades de escucha y mostrar a las personas que realmente le importan.
1. Obtener mental y físicamente presente
Lo más obvio, y sin embargo, quizás lo más importante, toma la decisión de ser un oyente intencional para cada conversación. Elimine de su mente otras actividades, plazos y listas de tareas pendientes, y esté presente en la discusión actual.
Para demostrar que está realmente comprometido, deje su teléfono celular, deje de enviar mensajes de texto y cierre su computadora portátil. Si está sentado detrás de un escritorio, donde puede ser tentador realizar múltiples tareas, cierre su computadora portátil y mueva los papeles a un lado. Esto le dice a la otra persona que estás listo para la conversación.
2. Practica tu postura de escucha neutral
Una vez me enseñaron a escuchar sin hacer ninguna expresión facial, incluyendo asentir o sonreír. No estoy hablando de una mirada en blanco, con los ojos vidriosos; Estoy hablando de una expresión facial neutral que simplemente dice: "Estoy escuchando".
A menudo, cuando escuchas a alguien, hay una tendencia natural a reaccionar físicamente a lo que él o ella está diciendo, en lugar de simplemente dejar que se hunda. Tal vez haces una mueca, frunces el ceño o sonríes aquí y allá. Si bien puede pensar que demuestra su interés en la conversación, todas estas actividades realmente interrumpen su capacidad de escuchar y la capacidad de la otra persona de ser escuchada.
En cambio, escuche en una pose neutral que muestre que está comprometido, pero no presuntuoso. Use un lenguaje corporal abierto (es decir, no se cruce de brazos), evite expresiones faciales extremas (independientemente de si son favorables o no), y rechace los golpes de pie y otros hábitos inquietos que indican impaciencia.
He descubierto que al asumir una postura neutral del cuerpo, me estoy preparando mentalmente para escuchar. Me ayuda a suspender el juicio, centrarme en el oyente y alejarme de las tentaciones multitarea.
3. Ofrecer tiempo de conversación ininterrumpido
Las interrupciones vienen en muchas formas. Puede interponer comentarios para estar de acuerdo o alentar al orador, desafiarlo verbalmente para que exprese su desacuerdo o tratar de mostrar empatía agregando ocasionalmente: "Oh, sé exactamente cómo se siente".
Bien intencionado o no, la interrupción hace imposible la comunicación efectiva. Dos personas no pueden hablar una sobre la otra y ambas pueden ser escuchadas.
En cambio, sugiero usar una técnica que los mediadores usan cuando facilitan el conflicto: dar a la otra persona tiempo ininterrumpido para hablar.
Suena simple, pero aquí está el truco: su objetivo durante este tiempo es escuchar con la intención de repetir lo que se dice. Cuando ese sea su objetivo, escuchará con una intención diferente (en realidad comprenderá lo que se dice), en lugar de intentar interponer sus propios pensamientos.
4. Repita y haga preguntas de validación
Una vez que haya escuchado y absorbido, puede usar preguntas de validación para asegurarse de haber escuchado al orador correctamente.
Comience repitiendo sucintamente lo que escuchó:
- Entonces, lo que estás diciendo es _ _ ___. ¿Está bien?
- Déjame resumir lo que te escuché decir: _ _ ___. ¿Extrañé o malinterpreté algo?
Luego, haga preguntas aclaratorias sobre cualquier cosa que no haya entendido al 100%:
- Cuando dice ingresos, ¿a qué ingresos específicos se refiere?
- ¿Puede repetir eso? Quiero asegurarme de que te escuché correctamente.
- ¿Me contará más sobre su plan de recaudación de fondos para este proyecto?
Con estas preguntas respondidas, no solo tendrá una comprensión clara de la conversación, sino que también demostrará al orador que realmente está interesado en lo que él o ella tiene que decir.
Las habilidades de escucha mejoradas lo diferenciarán como colega y líder, ya que otros comienzan a notar que los toma en serio en sus conversaciones. Comienza a seguir estos pasos para mejorar tu juego de escucha, y también mejorarás tu juego de carrera.