Hace unas semanas, mi madre me llamó durante una reunión de trabajo. Inmediatamente hice tapping para ignorar, luego me dije que la llamaría de regreso en mi camino al tren o mientras conducía a casa desde la estación.
Pues no lo hice. Mi propia madre, de carne y hueso, fue víctima de mi calendario y mi olvido. Definitivamente obtengo el premio al "Peor Hijo del Año".
Pero sabes qué, esta experiencia en realidad me dio un poco de empatía hacia mis prospectos, las personas con las que me comunico que no logran contactarme.
A menudo puede parecer que un prospecto está sentado allí viendo sonar el teléfono con una sonrisa diabólica. Y especialmente con el software de seguimiento, es aún peor porque puedes ver cuándo leen tu correo electrónico y puedes ver cuándo deciden no responder.
Pero piense en esto: cuando no contesté la llamada de mi madre, y honestamente olvidé devolverle la llamada, ¿estaba siendo maliciosa? Obviamente no.
Entonces me di cuenta, tal vez mis perspectivas no me ignoraban a propósito, sino que estaban ocupadas.
¿Ocupado haciendo qué, preguntas?