Su trabajo a veces puede sentirse como caminar sobre cáscaras de huevo. No quiere hacer o decir algo incorrecto, por lo que se detiene, y no hace ni dice mucho de nada.
Pero sucumbir a ese miedo puede afectar seriamente el éxito de su carrera. Al ir a lo seguro, pierdes oportunidades para crecer, perfeccionar tus habilidades y hacer tu trabajo de manera más eficiente.
Por lo tanto, es hora de enfrentar sus miedos, comenzando con estas cinco situaciones comunes que no debe temer en el trabajo.
1. Tomando la iniciativa para programar reuniones individuales con su jefe
Muchos empleados suponen que, dado que el jefe está a cargo, es su trabajo programar todas las reuniones, especialmente una reunión individual con un empleado. Los gerentes tienden a tener horarios ocupados, y muchos empleados no quieren arriesgarse a obstaculizar su tiempo, no están seguros si su jefe considera una reunión con ellos una prioridad.
Sin embargo, si su jefe no se encarga de programar una reunión individual periódica con usted, debe tomar la iniciativa de solicitar una. Estas reuniones pueden ser increíblemente útiles para el avance de su carrera y el éxito en su posición individual dentro del departamento. Una reunión individual le brinda la oportunidad de pedir consejos sobre situaciones o tareas difíciles, hablar sobre los desafíos, solicitar comentarios sobre su desempeño y más. (Además, la mayoría de los jefes aceptarán la invitación a la reunión sin ninguna duda).
2. Hacer una llamada telefónica en lugar de enviar correos electrónicos
El correo electrónico se ha convertido en el estándar en la mayoría de las oficinas. Desde preguntas rápidas hasta solicitudes complejas, casi todo se comunica electrónicamente. El correo electrónico simplemente parece menos intrusivo y les da a los destinatarios más tiempo para pensar realmente en una respuesta, en lugar de ponerlos en el acto. Es la forma en que la mayoría de las personas se comunican, y no quieres romper ese molde.
Pero confiar únicamente en el correo electrónico no siempre es eficiente, y ciertamente no siempre es la opción correcta. Cuando levanta el teléfono, a menudo puede obtener la respuesta a una pregunta rápida en una fracción del tiempo o una mejor comprensión de un concepto complejo, uno que hubiera sido casi imposible de resumir en un correo electrónico.
No tiene que ser su método de comunicación preferido, pero no debe dudar en cambiarlo.
3. Entregar algo de lo que no estás 100% seguro
Cuando comencé en mi primer puesto de comunicación, estaba aterrorizado de entregarle algo a mi jefe, porque asumí que si no era perfecto, probaría que no merecía el papel. Me llevaría semanas editar y volver a editar para finalmente entregarlo, e incluso entonces, no estaba seguro del producto final.
Pero eventualmente, mi jefe me ayudó a aprender que, a veces, es mejor tener algo en el papel y luego dejar que lo vea. Me proporcionaría su guía y me avisaría más temprano que tarde si necesitaba hacer algo diferente (o, alternativamente, si estaba en el camino correcto todo el tiempo).
No estoy diciendo que debas entregar un trabajo por debajo del par. Pero si se siente atrapado con una determinada tarea, no se demore en mostrársela a su jefe. Por lo general, él o ella estarán encantados de orientarte en la dirección correcta. (Solo asegúrate de hacer esto bien antes de que sea debido. Entregar algo a la hora 11 con la nota al margen "Realmente no estoy seguro de si esto es correcto" no ayudará a nadie).
4. Aclarando asignaciones con su jefe
No importa en qué posición se encuentre, es probable que reciba solicitudes de todas las direcciones, a veces de su jefe, otras de sus compañeros de trabajo y otras de otros departamentos. Ansiosos por complacer, los nuevos empleados a menudo saltan a estas tareas sin cuestionar. Es un miedo a decir "no" mezclado con la pregunta de si incluso se les permite rechazar una solicitud.
Sin embargo, si no se evalúan estas tareas externas, se puede perder el tiempo y centrarse en las prioridades equivocadas. Por ejemplo, la semana pasada, una de mis compañeras de trabajo saltó a una tarea "urgente" que recibió de otro departamento y pasó todo el día luchando para terminarla. Cuando mi jefe se enteró del proyecto más tarde esa noche, reveló que si lo hubiera sabido, no habría tenido su trabajo en absoluto. Simplemente no era una prioridad para nuestro departamento.
Por lo tanto, cuando recibe solicitudes de personas que no sean su jefe, especialmente si no parecen encajar con su trabajo habitual, está bien llevarlo a su jefe para asegurarse de que sea algo en lo que realmente debería estar trabajando.
5. Pedir comentarios
La retroalimentación pone nerviosa a la gente. Es el miedo a lo desconocido: hacer esa pregunta abierta (“¿Cómo crees que fue mi presentación?”), Sin saber si tu jefe te dará una palmada en la espalda o te sacudirá la cabeza con desaprobación. Puede recibir elogios, pero también puede recibir críticas rotundas.
Pero tenga en cuenta: sin comentarios, no va a mejorar. Sin saber cómo puede mejorar, simplemente no lo hará. Continuarás haciendo las cosas como siempre lo has hecho.
La retroalimentación puede ser incómoda, pero no es algo de lo que temer. Es algo que valorar, porque es clave para ascender en su carrera. Aquí hay algunos consejos para tomarlo en serio, no personalmente.
Si aún no estás haciendo estas cosas, ¿a qué le tienes miedo? Incorporar estas cosas a su carrera lo ayudará a hacer mejor su trabajo, y podría ser la clave para su próxima promoción.