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Cómo generar confianza antes de una entrevista de trabajo: la musa

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Anonim

Dirigirse a una gran entrevista puede ser aterrador, no muy diferente de la sensación que imagino que tendría si estuviera a punto de saltar de un avión por primera vez.

Por supuesto, hay poco riesgo de muerte real (a menos que, por supuesto, esté solicitando de manera improbable para el entrenador en jefe en la escuela de domesticación de leones), pero no obstante es un escenario que produce ansiedad.

Invoca tu confianza en ti mismo y conjura tu coraje de cinco maneras fáciles.

1. Detener la narración

El trabajo principal de su cerebro es minimizar el peligro y maximizar la recompensa, por lo que en una situación donde hay un resultado desconocido, especialmente una situación en la que podría equivocarse, su mente comenzará a contarle historias diseñadas para mantenerlo a salvo, historias que lo ayudarán de sentir el flechazo.

Su cerebro siempre girará historias cuando no sepa lo que sucederá, por lo que es vital que reconozca lo que está haciendo su mente excesivamente analítica al crear estas obras de ficción.

Observe las preocupaciones llenas de miedo y permítase considerar la hilaridad de ellas por un momento, y luego regrese a la estadística de realidad. Es la única forma en que va a construir la confianza que necesita para una entrevista de jonrones.

2. Regrese a lo mejor

Estar en su mejor momento significa estar en la cima de su juego, el lugar donde está zumbando, fluyendo y realmente sintiéndose vivo. Cuando estás en ese lugar, dos cosas están sucediendo. En primer lugar, simplemente estás usando todo lo que tienes en el momento (todas esas habilidades, toda esa experiencia, toda tu inteligencia, todos tus talentos, todas tus fortalezas y todo ese instinto) y, en segundo lugar, no estás permitiendo la ansiedad se interpone en el camino de tu confianza.

En una entrevista, estas dos cosas se combinan para darle la sensación de que esto está bien; que estas bien Está sentado en esa silla sintiéndose completo e ingenioso en lugar de estar incompleto y nervioso.

Para obtener esta sensación, intente este ejercicio: siéntese y cierre los ojos, y sumérjase en cómo se siente cuando dispara con todos los cilindros. Regístrese para ver dónde vive ese sentimiento en su cuerpo, tal vez en su estómago, su pecho o las yemas de sus dedos. Imagine que ese lugar en su cuerpo es la fuente de esta energía, este flujo, este poder, esta facilidad. Luego, cuando lo necesite, concéntrese en ese lugar de su cuerpo y volverá a su mejor nivel.

3. Respira

Los nervios ansiosos son una respuesta fisiológica al riesgo, una respuesta que hace latir el corazón, sudar las palmas y los pensamientos giran. Estás bastante jodido mientras esta respuesta te tiene al alcance, por lo que es una suerte que tengas un estabilizador incorporado, una forma de anclar tu experiencia en algo más estable y más propicio: tu respiración.

Si, antes de la entrevista, comienza a sentir que la ansiedad comienza a arrastrarse, cambie suavemente su atención a su respiración. Presta atención mientras se mueve dentro y fuera de tu cuerpo. Mantenga su atención en la respiración, notando las sensaciones en su cuerpo mientras exhala, e incluso la pausa momentánea entre la respiración y la respiración.

Interrumpir el guión escrito por la ansiedad y, en cambio, enfocarse en la respiración reactiva su corteza prefrontal, la parte de su cerebro que le permite pensar deliberadamente, expresar su personalidad y tomar decisiones.

Experimentar plenamente tu ciclo de respiración es una forma de devolverte a un lugar de aceptación donde vive la confianza.

4. Normalizar el rechazo

Según las experiencias, el rechazo es bastante desagradable. Ser despedido como candidato a un trabajo te hace preguntarte si realmente eres tan bueno como a veces piensas que eres. Empiezas a preguntarte si hiciste algo mal o si hay algo en ti que al gerente de contratación simplemente no le gustó. El cálido lavado de la vergüenza te hace sentir pequeño e insignificante. Es un sentimiento realmente bajo y no es bueno para tu autoestima.

El rechazo no tiene por qué ser algo grande y aterrador. Si no te piden que regreses para una segunda entrevista, no es el fin del mundo. No significa que no seas lo suficientemente bueno.

Si llega a la tercera ronda, pero finalmente no recibe una oferta, está bien. Te recuperarás. Trate de no verlo como un juicio directo contra usted personalmente, sino simplemente como una señal de que no era el trabajo adecuado para usted en este momento.

Intenta no dejar que el rechazo profesional disminuya tu valor.

5. Humaniza el proceso

Es fácil entrar a la reunión pensando que el entrevistador solo está allí para juzgarlo. A veces, incluso puedes considerarlos como el Gran Malo, una fuerza opuesta que quiere atraparte, cometer un error o decir algo incorrecto.

La realidad, por supuesto, es que fue invitado porque su currículum y carta de presentación llamaron la atención del gerente de contratación. Le pidieron que entrara porque alguien de la empresa quiere conocerlo. El gerente de contratación quiere escuchar más sobre las experiencias que leyó en papel, y le prometo que nadie está buscando ver cuánto puede sacudir con esas botas suyas.

Lo creas o no, están de tu lado. Quieren ver quién eres y qué puedes hacer, y qué tan bien encajarás en el equipo y la cultura. Su objetivo es ofrecer el trabajo a un ser humano decente que pueda agregar valor, así que considérelo como un aliado que quiere que consiga el trabajo en lugar de un enemigo que quiere verlo tropezar.

Al practicar la confianza con estos cinco consejos, te convertirás en un entrevistador más fuerte y más articulado. En lugar de temer la inevitable entrevista de trabajo, la esperará, sabiendo que tiene lo necesario para tener éxito tanto mental como físicamente.