Las personas tienden a ser muy talentosas para explicar, ignorar o, francamente, ser completamente ajenas a sus defectos. Sigmund Freud y su hija, Anna, identificaron una lista completa de formas en que los humanos hacen esto, lo que llamaron mecanismos de defensa. Es posible que esté familiarizado con algunos de estos mecanismos, como la negación (p. Ej., "¡Ciertamente no tengo un problema de actitud!") O la racionalización (p. Ej., "No estoy desorganizado; llegué tarde a la reunión porque mi ¡El trabajador no me dijo qué hora era! ”).
De hecho, puede usar algunas de estas excusas usted mismo. Pero de lo que no se da cuenta es de cómo estos mecanismos de defensa podrían estar perjudicando su carrera al detenerlo de promociones, relaciones exitosas y desarrollo de habilidades.
Con tantas maneras de evitar enfrentar o poner excusas por tus defectos, ¿cómo sabes cuándo eres tu peor enemigo? Busque las siguientes banderas rojas.
1. Luchas para mantener relaciones profesionales
Todos tenemos personas con las que no hacemos clic exactamente. Los toleramos, limitamos nuestra interacción con ellos y seguimos con nuestro negocio. Eso es simplemente parte del tejido de la vida. Pero si te encuentras alejado de una creciente serie de colegas y supervisores, bueno, eso es un problema.
Si presta atención a las personas que tienen un puesto y un estatus en su organización, verá que tienen relaciones saludables con otras personas en la empresa. Puede que no siempre estén de acuerdo con sus colegas. Incluso pueden discutir y enojarse, pero no se quedan así. No toman decisiones apresuradas con enojo ni tiran las relaciones de muchos años por un desacuerdo. Lo resuelven y avanzan.
2. Te sientes enojado más de las veces
Una vez entrevisté a un caballero que estaba enojado con su empleador actual, el empleador anterior, otra compañía a la que se postuló y el universo en general. Su resentimiento era prácticamente palpable. ¿Adivina qué? Esa no es la energía que cualquier empleador quiere en su equipo.
Probablemente todos puedan pensar en alguien con quien hayan trabajado que critique cada cosa sobre su trabajo. O tal vez, tienes una tendencia a hacer eso. Tal vez estás constantemente irritado por las cosas que tu jefe te pide que hagas o por los comentarios de tus compañeros de trabajo durante las reuniones. Todos tenemos días malos de vez en cuando, pero la señal de advertencia viene cuando tienes un mal día todos los días.
Las personas que avanzan en sus carreras no se revolcan en ira. Se centran en sus objetivos finales, como avanzar en la escala profesional, utilizando su ira como catalizador para lograr algo o hacer un cambio. Luego vuelven a ser curiosos, energizados, felices, creativos, reflexivos y productivos.
3. Oficialmente, y repetidamente, has tenido problemas
Tener problemas una vez no necesariamente significa que tienes un problema. Pero estar en problemas repetidamente, como recibir advertencias verbales o escritos o ser despedido, es una indicación bastante confiable de que está ignorando problemas importantes en su carrera y, por lo tanto, no está avanzando como debería.
Las personas que salen adelante no son inmunes a tener problemas, pero cada vez que experimentan un problema, aprenden de él para que el problema no se repita.
4. Te encuentras haciendo muchas excusas
Puede reconocer los mecanismos de defensa que mencioné anteriormente. Por ejemplo, puede racionalizar las cosas. Puede culpar a todos y a todo lo que le rodea (la falta de experiencia de esta persona, el incumplimiento de esa persona, la actitud de otra persona o incluso el mal tiempo) por sus defectos.
Pero realmente, ¿cuál es la probabilidad de que siempre sea culpa de otra persona que usted no cumpla, termine a tiempo, cumpla con un presupuesto, cumpla con su fecha límite o cumpla con sus responsabilidades?
Cuando las cosas salen mal, como suele suceder, las personas que tienen éxito en sus carreras se centran en la solución, en lugar de centrarse en los problemas. Examinan lo que salió mal y descubren cómo mejorar la próxima vez. Ven los desafíos como oportunidades y se sumergen con entusiasmo para enfrentarlos.
Qué hacer a continuación
Tal vez te reconoces en una o más de estas descripciones. ¿Ahora que? La respuesta es simple y compleja: pedir ayuda. Las personas exitosas no obtienen éxito solo. Saben que son tan imperfectos como la siguiente persona. Trabajan en mejorar. Cuando necesitan ayuda, la piden. Considere las siguientes sugerencias:
Buscar comentarios
Pregúntele a su supervisor y colegas cuáles son sus mayores fortalezas y debilidades. Pregunta cómo puedes mejorar. Algunas de estas conversaciones pueden ser incómodas, y puede recibir comentarios que son difíciles de escuchar, pero esa incomodidad puede conducir al crecimiento. Si no se da cuenta, por ejemplo, de que frecuentemente interrumpe a las personas cuando no está de acuerdo con ellas, entonces probablemente continuará siendo discutidor y perturbador.
Encuentra un mentor
Un mentor avanzado en su carrera puede ofrecerle orientación sobre cómo puede avanzar. Un buen mentor lo ayudará a desarrollar sus fortalezas y manejar sus debilidades. Él o ella lo desafiará a ampliar su potencial y lograr más de lo que creía posible.
Busque asesoría de un proveedor con licencia
La asesoría es un recurso que a menudo se pasa por alto y que puede ayudarlo a identificar áreas de mejora y, en última instancia, prosperar. ¿Dónde más puede obtener una hora de atención individual desde una perspectiva objetiva, todo orientado a ayudarlo a ser la mejor versión de usted mismo? Ya sea que su razón para buscar asesoramiento sea algo importante que lo haya estado agobiando o algo tan sencillo como aprender a comunicarse, el asesoramiento puede ayudarlo a progresar hacia sus objetivos.
Una vez que busques ayuda, no te detengas allí. Dé el siguiente paso y use esa ayuda. ¿Será difícil? Probablemente. Si cambiar fuera fácil, todos seríamos perfectos. Pero usted y su éxito profesional valen la pena esta inversión, ¡así que haga el trabajo y prepárese para disfrutar de la recompensa!