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Sí, no, tal vez sí: derrotar la fatiga de la decisión

Trucos Psicológicos Para Motivarte A Hacer Ejercicio | Sandra Burgos | Coaching (Abril 2025)

Trucos Psicológicos Para Motivarte A Hacer Ejercicio | Sandra Burgos | Coaching (Abril 2025)
Anonim

Casi cada momento de vigilia, estás tomando una decisión. ¿Quieres comer huevos o tostadas? ¿Usar la chaqueta o el cárdigan? ¿Tomar las escaleras o la escalera mecánica?

Y eso es solo lo fácil.

Si bien cada decisión en sí misma puede sonar simple, la corriente aparentemente interminable de decisiones, y la presión de tomar la decisión "correcta" para cada una, realmente pueden agotarle el tiempo, la energía, la motivación e incluso la felicidad.

Un artículo reciente del New York Times destacó esta lucha diaria (NPR también intervino): en un día determinado, tenemos una cantidad finita de energía mental y fuerza de voluntad para tomar decisiones. Y al final de un día especialmente lleno de decisiones o acción (o semana o mes), incluso elegir qué comer para la cena puede parecer una lucha.

Entonces, ¿cómo vamos a ahorrar nuestra energía de toma de decisiones para las cosas importantes, como elegir un trabajo o planificar para el futuro?

Cambiar la cantidad de opciones diarias en tu vida no es necesariamente una opción, ¡y en la mayoría de los casos, quieres poder elegir! Pero cambiar la forma en que piensa acerca de sus elecciones, tanto grandes como pequeñas, puede hacer que sean menos agotadores. Ya sea que tengas ganas de dejarse llevar por cada pequeña decisión, o si te enfrentas a un dilema de vida más grande que te ha quitado la energía para elegir entre pollo y pescado, aquí te mostramos cómo resolver lo que importa, quita las pequeñas opciones del camino, y pasar de agotado a decisivo.

Identifica el problema

Comience por hacer un balance de las decisiones en su plato. ¿Qué opciones te desgastan (o te han desgastado)? Puede comenzar con los grandes problemas de los que se despierta y conciliar el sueño pensando: tal vez esté reflexionando sobre un cambio de carrera o vadeando un dilema familiar. Luego, rastrea tus decisiones diarias: qué decir en un correo electrónico, el orden en que abordas tu lista de tareas pendientes, a qué amigos llamar.

Para cada una de esas opciones, pregúntese qué teme que suceda si toma la decisión "incorrecta". ¿Se trata de tus aspiraciones, tus relaciones o tu reputación? Sacar a la luz sus temores y fatiga, y nombrarlos por lo que son, no solo lo ayuda a sentirse menos abrumado, sino que le dará una mejor idea de lo que es más importante para usted, y eso, a su vez, lo ayudará a tomar decisiones futuras. -fabricación.

Parálisis de análisis de patada a la acera

Para cualquier elección, sopesar los pros y los contras puede ser la forma de llegar a la "mejor" respuesta. Pero realmente, trate de guardar este proceso para usarlo solo en las cosas grandes. Míralo de esta manera: a veces la elección "incorrecta" real es posponer una decisión o perder el tiempo pensando demasiado.

Si te encuentras atascado, prueba esta técnica de toma de decisiones: elige un aspecto de la elección que te importe y deja que el resto se quede en el camino. Por ejemplo, al elegir entre dos proyectos para emprender en el trabajo, encuentre lo que sea más valioso para usted y deje que conduzca su decisión. ¿El trabajo en equipo es tu prioridad? Elige el proyecto con las mejores personas. Aprendiendo nuevo material? Ve por el proyecto que te sea menos familiar. Aceptar que no hay una opción que satisfaga todos sus criterios lo obligará a identificar y concentrarse en lo que es más importante.

Póngase cómodo con decisiones rápidas

Aquí hay otra técnica para mejorar su toma de decisiones. Intente tomar decisiones rápidas sobre opciones más pequeñas que no importan tanto: qué pasta de dientes comprar, qué pedir para el almuerzo o la camisa que usará para trabajar. Si sabe que se demora demasiado en una decisión, díganse "tres, dos, uno, ¡listo!"

O, si tiene la decisión de hacer eso realmente, realmente no importa, y tiene un compañero de trabajo, amigo o familiar que es súper decisivo, intente dejar que elija por usted. Voilà: amigos felices y más energía para tomar decisiones.

Vivir con arrepentimiento (y dejarlo ir)

Un temor a tomar la decisión "incorrecta" es que tendremos que vivir con pesar. Y seguro, a veces desearás haber elegido otra cosa, pero especialmente cuando se trata de cosas pequeñas, también te darás cuenta de que el arrepentimiento es fugaz. Esa falda que compraste, decidiste que no te gusta, pero que no puedes volver, podrías lamentarte, pero es probable que te arrepientas del tiempo perdido por maltratarte más que el dinero perdido.

Si lamenta algo por lo que tomó una decisión rápida, díganse que está bien. Sienta el arrepentimiento, respire, libérelo y recuérdese que el tiempo dedicado a tomar una decisión le está quitando tiempo a los esfuerzos más valiosos.

Ponlo en perspectiva

Cuando una elección en particular se siente realmente abrumadora, recuerda que por cada elección que hagas, tienes toneladas más por recorrer y tu decisión no tiene que ser para siempre. Una elección "incorrecta" no desacredita todo su buen juicio en el pasado ni arruina las posibilidades futuras. Y recuerde, si todos tomáramos decisiones perfectas todo el tiempo, ¡nunca aprenderíamos nada!

En una conferencia a la que asistí recientemente, algunos consejos de Marissa Mayer me liberaron de mi ansiedad por la toma de decisiones. Cuando sopesar las ofertas de trabajo la hizo llorar, un amigo le recordó que se trata menos de la decisión y más de cómo elige seguir esa decisión. Su amiga dijo: “Sabes, Marissa, te estás presionando mucho para que elijas la elección correcta, y debo ser honesto: eso no es lo que veo aquí. Veo un montón de buenas opciones, y hay una que eliges y haces genial ”.

Entonces, cuando te sientas desgarrado por las decisiones diarias, deja que se aplique el espíritu de "elige una y hazla genial". No son las pequeñas elecciones las que se suman para hacer una gran vida y un gran yo: es el coraje y la confianza para llevar a cabo tus decisiones y la sabiduría que obtienes al tomarlas.